jueves, 5 de enero de 2012

Isaac Díaz Pardo, el último ilustrado

Siempre me llamó extraordinariamente la atención su aspecto franciscano, casi menesteroso. ¡Qué  gran contradicción con su mente brillante, lustrosa, elegante, con su sentido del humor cargado de ironía y retranca! Isaac Díaz Pardo debe su primer apellido al artista y galleguista Camilo Díaz Baliño, su padre. Y su nombre, a Isaac Fraga, el propietario de la empresa de cines y teatros en el que su padre era cartelista y ejercía de escenógrafo. Isaac era una mezcla de idealista, siempre suspirando por crear un gran periódico gallego, tarea en la que nunca llegó a encontrar el respaldo necesario para emprender tamaña aventura, y un hombre práctico, un emprendedor que fue capaz de recuperar de la memoria la vieja fábrica del marqués de Sargadelos y convertirla en la isnignia industrial de Galicia.

Sargadelos no solo es una porcelana de extraordinaria calidad sino también un ejemplo de vanguardia en el diseño. Su evolución es todo un catálogo de estilos en los que Díaz Pardo supo comprometer a artistas como Luis Seoane.

Se podría decir que la muerte de Isaac Díaz Pardo deja a Galicia huérfana de uno de sus más preclaros intelectuales, que la víspera de reyes de este año 2012 nos privó del último de nuestros ilustrados, cultivador de la cultura gallega en todos sus frentes. Pero por suerte no es así. No tendremos que recurrir a la memoria para recordar en adelante a este intelectual, poeta, escritor, editor, pintor, grabador, ceramista, empresario. Su legado, el artístico, el intelectual y el industrial, están ahí para ser testigos permanentes de un hombre que dedicó toda su vida a hacer de Galicia una nación mejor.

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