sábado, 11 de febrero de 2012

Porco Celta, galego coma nós


Porco Celta, gallego de pura raza. ©Francisco J. Gil
Si queremos que se salve, tenemos que comérnoslo. Parece una contradicción, ¿verdad? Pues no. Todo lo contrario. Gracias a un grupo de beneméritos entusiastas que se han empeñado y han conseguido, volver a poner en el mercado al Cerdo Celta, han librado a esta raza del abismo de la extinción.

Una parte importante de ese esfuerzo empezó en Beariz, en plena Terra de Montes, una comarca que hermana las provincias de Ourense y Pontevedra.

La vida del Porco Celta es placentera, hozando por los bosques, comiendo castañas, bellotas y todo lo que encuentran por el camino. Tiene una alimentación natural, no está encerrado y puede ramonear por los arbustos que nacen a su alrededor. Eso, sin duda, se transmite en el sabor y la textura de su carne excepcional.
 
Ésta es una raza con libro genealógico en el que se escribe su historia desde el año 2000. El Porco Celta recupera un modelo de cría tradicional, natural, sostenible y, lo que es mejor de todo, con una calidad que alcanza la excelencia.

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