viernes, 16 de marzo de 2012

Seis platos del Titanic vuelven, cien años después, al Gran Hotel de La Toja

El mismo verano que se decide la construcción del Titanic, 1907, abría sus puertas el Gran Hotel de La Toja, que, desde entonces se ha convertido en el buque insignia de los balnearios y los hoteles de lujo de España. Pese a su vida efímera, el RMS Titanic se convirtió en el buque de lujo más famoso de todos los tiempos, quizás por su trágico final ocurrido en la madrugada del 15 de abril de 1912. Para conmemorar la efeméride, El Gran Hotel ofrecerá durante el mes de abril, un menú con una selección de los platos que conformaban la minuta del Titanic para los pasajeros de primera clase.

Ostra con espuma de champagne sobre mano de hielo (© F.J.Gil)
En su nueva configuración, el menú del Titanic se presenta con una ostra con espuma de champagne sobre una mano de hielo con un crujiente de alga. Es puro sabor a mar. Nada que ver con las ostras, "a pelo" que se sirvieron a bordo del coloso de la White Star. Y la mano de hielo es una inspirada reconciliación con el pasado, obra de Enrique Martínez, quien además de jefe de cocina del Gran Hotel de  La Toja es un poeta de la gastronomía.


Timbal de espárragos y queso con vinagreta de pimientos ©F.J.Gil
El timbal de espárragos trigueros y queso con vinagreta de pimientos, también mejora substancialmente los  "esparragos con vinagreta" que tomó Benjamin Guggenheim en la última cena de su vida a bordo del Titanic en la noche del domingo 14 de abril de 1912.

Parmentier de Patata y Puerro con vieira asada. ©F.J.Gil
John Jacob Astor un multimillonario que se alistó de voluntario en la guerra de Cuba, del lado  norteamericano, por supuesto, degustó una parmentier de patata y puerro en su último viaje. Pero se perdió la vianda de vieira asada, abrazada a una loncha de jamón, que incorporó Enrique Martínez en su interpretación del menú original para el centenario que ahora se puede  disfrutar en el Gran Hotel de La Toja.
Filetes de lenguado marinados al Curry ©F.J.Gil

 Sin duda Henry Wilde, segundo de a bordo en el Titanic y responsable de las cocinas del trasatlántico, pensó que el curry le vendría muy bien al lenguado para disimular la falta de frescura. Una salsa bien especiada todo lo perdona. Pero como el lenguado que elaboró Enrique era excepcionalmente fresco, el marinado con un aroma de curry era más bien un homenaje conmemorativo que una necesidad.
Filet Mignon Lili. ©F.J.Gil

A bordo del Titanic no había gallegos, por suerte. Viajaban ocho españoles y el más rico de todos ellos, era nieto de un gallego. Se llamaba Víctor Peñasco y pereció en el viaje. Su abuelo era ferrolano y estoy seguro de que llegó a disfrutar de las salutíferas aguas de la isla de A Toxa en los cinco años que entonces llevaba abierto el Gran Hotel. De haber sido así, aventajó a su desafortunado y multimillonario nieto en dos cosas. La primera, en que lo sobrevivió, si bien por apenas siete meses. El abuelo en cuestión era José Canalejas, entonces presidente del Consejo de Ministros, y su suerte tenía los días contados ya que falleció asesinado el mes de noviembre de 1912, mientras ojeaba el escaparate de una librería en la Puerta del Sol de Madrid. La segunda cosa en la que aventajó a su nieto, fue el Filet Mignon Lili. En La Toja, Canalejas habría disfrutado de un solomillo de ternera gallega como el que utilizó Enrique Martínez para elaborar este plato. Cien años después, se mantiene la tradición pero la calidad ha ido a infinitamente mejor. 
Eclairs de Vainilla y Chocolate con helado de almendra. ©F.J.Gil
El final del centenario es mejor que el del acontecimiento que se conmemora, no cabe duda. Aquella cena, por muy placentera que hubiera resultado a los trescientos veintiséis pasajeros de primera clase del Titanic fue seguida de una velada dramática que se saldó con más de 1.500 muertos tras el naufragio. Los eclairs, aquí les llamamos petisús, acompañados de helado de almendra y una fresa ponen el broche al menú con el que viajamos al inicio de otro siglo y lo hacemos en un comedor que mantiene la misma tradición que cuando abrió sus puertas en 1907.



1 comentario:

  1. Mil Felicitaciones, a esos profesionales que tuve el gran placer de trabajar a su lado un saludo.

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