miércoles, 23 de mayo de 2012

¿Sanidad? No, gracias. ¡Que privaticen Gaiás!

El presidente de la Xunta de Galicia, más conocido por Espléndido Garvey por su tacañería presupuestaria en los tres ejercicios que lleva al frente de la comunidad de vecinos de Galicia, acaba de dejar caer, como quien no quiere la cosa, que podría privatizar la sanidad. Supongo que será porque quiere ahorrar más. Si es así, tiene una opción mucho más decente: despida usted a la conselleira de Sanidad. No solo no ha conseguido mejorar el servicio público de salud, sino que tampoco le ha servido para ahorrar el empeoramiento de las listas de espera. Privatizar con la excusa de que se mejorará, es reconocer implícitamente el fracaso en la gestión llevada hasta ahora. Y como este gobierno carece de política y solo presume de gestión, si la hace mal, lo lógico es que haga acto de contrición, propósito de enmienda y pida perdón por sus pecados. Pero que no comenta otros más capitales como vender la salud de sus ciudadanos a empresas privadas. Porque, seamos sinceros. Si la Xunta privatiza y alguna empresa entra en el negocio, será para hacer dinero. Entonces ¿cómo es posible que algo que resulta ruinoso para el gobierno de Espléndido Garvey sea negocio para emprendedores privados?

Supongo que en su discurso de justificación de esta política (porque si privatiza será la primera acción política que tome en su mandato) empleará el argumento de que todos ganaremos. Y puede que tenga razón. Pero entonces, yo querría que fuese más lejos: privatice todo el gobierno. ¿Para qué tener políticos que no hacen política y que gestionan de manera que deben recurrir a la iniciativa privada para que le arregle las cuentas? La privatización es el último recurso frente al fracaso de la política. Reconozco que sería lo adecuado por ejemplo ante un muerto de las dimensiones del Gaiás, ese  mausoleo que Fraga mandó hacer y al final no quiso ocupar que se llama Ciudad de la Cultura. Esa es la clave: que privaticen el Gaiás. Se pueden hacer muchas cosas: residencias para estudiantes (ahora que se van a reducir las becas, podrían compensárseles de alguna manera), un centro comercial, un almacén, o quién sabe. Cualquier cosa será más rentable que dedicarlo a ocupar miles de metros cuadrados sin más objeto ni propósito que ser un mero continente de la nada o que empeñen en expoliar el patrimonio cultural de las ciudades gallegas, como la amenaza del inconsciente del BNG que propuso llevar para allí la colección de la plástica gallega de Caixanova, ahora que esa entidad ha sido expoliada por sus antiguos dirigentes y su obra social se ha quedado huérfana y sin pensión.

Reconozco que Garvey intenta recuperar las cuentas de Galicia del despilfarro vivido en el pasado y que es un tipo decente. Que tuvo la mala suerte de ser presidente en un momento en el que le crecen los enanos después de que nos llenaran Galicia con infraestructuras faraónicas que ahora resultan insostenibles. Pero el problema de la sanidad será otro, sin duda. Es el mismo que ocurre en todo el mundo y que hace unos años denunciaba un artículo del New England Journal of Medicine, el Diario Médico de Nueva Inglaterra. Decía aquel artículo que en las últimas décadas la mayor parte de los sistemas de salud públicos habían visto cómo se incrementaban sus costes no por aumentar el número de médicos o de enfermeros que atienden a los pacientes, sino porque se habían inflado los servicios de gestión: hay más gerentes, más gestores, más controladores, más departamentos de planificación, más administrativos. ¿Cómo es posible que mientras la tecnología nos brinda la posibilidad de reducir los servicios administrativos y de gestión en todas las áreas de negocio en el mundo privado, en los sistemas públicos crecen? Desde que se transfirió la sanidad a Galicia en 1990 el número de médicos prácticamente no ha crecido. Se sustituyen las bajas por nuevas incorporaciones, pero muchas veces por interinos. Pero en cambio los servicios de gestión, de planificación tienen cada vez más personal. ¿No estará ahí el problema, en que como en el ejército de Pancho Villa hay demasiados sargentos por cada soldado?

Querido Garvey, yo que tú le daría otra pensada, antes de tomar esa decisión. Piensa que si en un sistema de salud hay margen para que un empresario gane dinero y a la Xunta, que somos todos, le salga más barato que el modelo actual, solo puede ser porque algo estáis haciendo mal.

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