Cuatro días a la semana, los vigueses tendrán que ir a coger el tren de Barcelona a la estación de Ourense. ©F.J.Gil |
Hace unas semanas, a propósito del híbrido chapucero que iba
a prestar el servicio diurno entre A Coruña y Vigo con Madrid, ponía de
manifiesto el despilfarro que suponía que un tren que antes utilizaba una
locomotora en el 80 por ciento de su recorrido ahora tuviese que llevar
encasquetadas cuatro: dos para la composición que va A Coruña y otras dos para
la que viene a Vigo y Pontevedra. Semejante despropósito, para adelantar unos
minutos no iba a resultar gratuito para los usuarios del tren en Galicia. Ahora
ya tenemos la certeza. Renfe acaba de anunciar que el servicio diurno con
Barcelona dejará de existir de manera diaria para realizarse en días alternos.
Alternos que se alternarán Vigo y A Coruña (tres para Vigo y cuatro para A
Coruña), como si Renfe quisiera convertir los servicios de viajeros en una
especie de derbi para que ambas ciudades atlánticas tuviesen que disputarse el
favor de la compañía ferroviaria. Ya os adelanto que en esa pugna, perderá
Vigo, por la sencilla razón de que la gerencia de Renfe en Galicia se encuentra
en A Coruña. No puede haber otra explicación cuando en esta relación
transversal entre Galicia y la Ciudad Condal, mientras Vigo y su área de
influencia aportan 4.200 viajeros, A Coruña y la suya, tienen doscientos
pasajeros menos, según los datos contabilizados por UGT en el último semestre
comprendido entre los meses de noviembre de 2011 y mayo de 2012.
El Alvia diario y diurno entre Vigo y Barcelona llevaba en
servicio poco más de tres años y medio a un precio desproporcionado con
respecto a las ofertas que podían encontrarse en cualquier página web para el
mismo viaje en avión. El tren no puede ser un medio de transporte caro. No
tiene otra explicación que una deficiente política comercial y una mala
gestión, basada en gastar miles de millones de pesetas en trenes nuevos que
luego retiran de la circulación.
El Alvia diario y diurno no solo une las ciudades de Vigo y
Barcelona. En su recorrido, permite conexiones intermedias de gran interés: León,
Palencia, Burgos, Vitoria, Pamplona, Zaragoza o Lleida. Ahora, cuando
desaparezca el servicio directo en días alternos, y por tanto empeore el
servicio por la necesaria realización de un transbordo desde un tren regional
que lleve hasta Ourense donde habrá que coger el Alvia que sale de A Coruña,
¿se abaratará el precio? Seguramente no. Renfe basa su política comercial de
monopolio en abaratar la calidad,
empeorar el servicio, pero nunca reduciendo el precio. No le cuadrarían las
cuentas.
Para los viajeros de la provincia de Lugo la noticia es
mucho peor. Hasta el momento de realizar esta sustitución, salía de A Coruña un
tren rápido que enlazaba con el Alvia en Monforte, previo paso y parada en
Betanzos, Curtis, Guitiriz, Lugo y Sarria, que sin duda se quedarán sin ese
servicio. Galicia tendrá menos servicio ferroviario. Eso sí. Dispondrá de un
híbrido para llegar antes a Madrid. No antes que en avión, ni que en coche, ni
más barato. Pero correrá como un demonio, despilfarrará combustible como si
fuese un AVE y lo pagarán los viajeros que ya no podrán ir directamente a
Barcelona, ni a Palencia, ni a Burgos, ni a Pamplona ni a Zaragoza.
¿Cuál será el siguiente paso? Está cantado: cargarse el tren
hotel Vigo-Barcelona. Nos quitaron el Shanghai, que era el único expreso de
verdad que todavía quedaba en Galicia, con departamentos sentados, literas y camas
a cambio de un tren hotel. La disculpa perfecta para disuadir a los viajeros
porque el precio se disparó de manera inconcebible. ¿Cómo se explica que a un
viajero que va sentado en una butaca pague 75 euros si va en un tren que
invierte 13 horas y media y en cambio tenga que pagar 30 euros más en un tren
que tarda casi 15 horas?
Las cuentas de Renfe, como
los designios del Señor, son inescrutables. Eso sí. Sea como sea, siempre salen
perjudicando al viajero. A los mentirosos y a la Renfe se les coge antes que a un cojo.
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