miércoles, 29 de enero de 2014

Os Pirús, Arbo. Menú flojo y caro

Un amplio y luminoso comedor auguraba una mejor comida de la que en realidad ofrecieron. ©F.J.Gil
Cuando busco un restaurante, antes de preguntar, me gusta guiarme por el instinto. Una pista que creo que utilizamos todos es ver cómo está de lleno o de vacío el estacionamiento. En el caso que nos ocupa hice eso. En realidad, este restaurante era mi segunda opción, pues solía ir a otro en Arbo al que, cuando llegué, encontré cerrado. Seguí ruta y vi "Os pirús", un nombre simpático que presenta el término con el que se conocen los pavos en portugués, y también en algunas zonas de Galicia: los perús, seguramente, por asociación al origen americano de los mismos. Los ingleses creían que habían venido de turquía y por eso les llaman turkeys.
 
Pero volvamos a lo nuestro. Para ser un día de semana, había muchos coches en la puerta y ese es un dato a tener en cuenta. Lo cierto es que el comedor tenía bastantes mesas ocupadas, pese a que el precio, 12,50 no era de los más baratos para un menú del día, y la carta iba en consonancia. Al entrar, vimos un lugar amplio, bien iluminado, con mesas con cierta distancia unas de otras lo que te permite comer con intimidad, aunque sea en el comedor de un restaurante y una limpieza que se hacía patente en todas las estancias, incluyendo los baños, que es importante. Hasta aquí lo bueno. Ahora llega la decepción: los primeros platos parecían sugerentes. Optamos por unos pimientos rellenos de bacalao y unas fabas con almejas. La oferta de los segundos era más propia de una cafetería urbana: filetes de merluza rebozada o milanesa de ternera (que es la manera fina de llamarle a un bistec de ternera empanado). El filete estaba extremadamente frito y empanado y, por tanto muy seco.

A las fabas con almejas le faltaban cocina y substancia. ©F.J.Gil

Estuve a punto de pedir que me diesen dos primeros en vez de un primero y un segundo, pero la verdad es que hice bien en no optar por esa alternativa. Las fabas con almejas tenían fabas y almejas, pero no sabían a fabas con almejas, solo a fabas que, además estaban sin terminar. A los pimientos rellenos también les faltaba un tiempo de cocción y todavía estaban duros. En fin, qué dinero tan poco disfrutado.

Al día siguiente, le comenté a un conocido que tiene una bodega en la zona mi decepción con el establecimiento. No se sorprendió, pues ya lo conocía: "Es un buen sitio para comer, la pena es la comida", me dijo.
 
Desde allí está muy cerca el puente internacional que une Arbo con Melgaço, al otro lado del río y ya en tierras portuguesas. También se encuentra a un paso el centro de interpretación del vino y la lamprea.
 
La Ficha:
  • Nombre: Os Pirús.
  • Carretera de la Estación s/n. 3430 Arbo (Pontevedra)Teléfono: 986 66 34 71.
  • Menú del día: 12,50 euros.
  • Incluye: primero, segundo, postre, café y bebida.
  • Ofrece comidas a la carta.
Calificación:
  • Limpieza y trato correcto. Amplio y luminoso comedor.
  • Escasa oferta de menú del día y calidad muy por debajo de su precio.





jueves, 23 de enero de 2014

El tren hotel(ucho) y el resto de los gallegos se quedan sin restaurante


El Alvia Vigo Madrid en un tramo cercano a Arbo. Ana Pastor quiere que ahorremos dinero y llevemos la comida de casa. Por eso retiró los restaurantes de los trenes gallegos. ©F.J.Gil
La ministra de Fomento no es buen pastor para los trenes. Por cada paso que da hacia adelante –y ha dado algunos muy relevantes– da otros dos hacia atrás. El último, por el momento, fue la desaparición del servicio de restaurante en los trenes de largo recorrido. Ni los viajeros de preferente de los rápidos diurnos podrán volver a comer sentaditos en su asiento, ni los viajeros de cualquier clase podrán hacerlo en el restaurante, o cenar en el restaurante del tren hotel. Desde el pasado 1 de diciembre de 2013, los restaurantes han sido sustituidos por garitos en los que se puede comprar bocadillería y bollería industrial a precio de estrella michelín. Dicen que quieren equipararse a las líneas aéreas “low cost”. Y vaya si lo van a conseguir. De entrada, han bajado la calidad. El precio, todavía no. La velocidad del avión, creo que va para dentro de una década.

Desde Renfe aseguran que ahora es más barato viajar en preferente, lo cual no es cierto. El precio es más bajo porque ofrece menos servicios. El matiz es importante. El billete cuesta menos porque también vale menos, con lo que la cosa queda igual que antes. Además, la rebaja de los viajeros de la que antiguamente era llamada “primera clase” la pagan todos: todos los que se quedaron sin el restaurante en el tren para comer mientras viajan. Por ejemplo: vas a Madrid a hacer unas gestiones y en vez de levantarte a las cinco de la mañana para coger un avión, planificas tu viaje en tren: salida de noche en el tren hotel y regreso a mediodía en el Alvia de las 15.00 horas. Antes del 1 de diciembre de 2013 podías cenar y desayunar en el Tren Hotel y comer en el Alvia. Hoy ya no. Utilizar los servicios de “restauración” de las estaciones de Vigo y Chamartín además de caro es insufrible. En cambio los horarios no te dejan mucho margen de maniobra, salvo que te lleves los víveres de casa.

Dos talgos coinciden en la estación de Redondela.©F.J.Gil
Mientras en los trenes de los corredores de alta velocidad cuentan con menús para celíacos, diabéticos, hipertensos, musulmanes, vegetarianos, veganos y católicos practicantes en vigilia, los que vienen o salen de Galicia relegan a sus viajeros al ayuno y la abstinencia. El avión puede ahorrarse la Mirinda y la bolsita de cacahuetes entre Peinador y Barajas. Pero entre Vigo y Madrid o entre Redondela y Barcelona, con viajes que obligan a permanecer a bordo del tren horas y horas (siete, once o quince horas, según el tren y el trayecto) es dejar la prestación del servicio a mínimos que no se conocían desde la época más legendaria del Shanghai.

Menos por más

La historia más contemporánea del ferrocarril en Galicia tiene también su lado oscuro. Desde la década de 1980, cuando viajar en tren era la manera más barata de desplazarse en largas distancias, Renfe fue encareciendo el precio y menguando las prestaciones a cambio de una relativa mejora en la velocidad y en la comodidad de sus trenes. En 1983 salía al mismo precio hacer Vigo-Madrid ida y vuelta en coche cama que en coche si viajabas solo y pagabas el peaje del túnel de Guadarrama desde Adanero. Podías cenar a la carta en coche restaurante y desayunar por la mañana. Hasta te llevaban el desayuno a la cama, si querías, como en un hotel. En el expreso Rías Bajas de principios de esa década, también podías llevar el coche, pues tenía servicio de autoexpreso y facturar maletas si querías despreocuparte de él. La facturación de equipajes era un servicio que prestaba también el talgo diurno, que inició su servicio entre ambas ciudades en 1980.

Poco a poco fue reduciendo las distintas tipologías de plazas. El coche de 1ª clase fue el primero en caer. Los padres preferían que sus hijas viajasen en esa clase porque en uno de sus departamentos solía ir la pareja de la Guardia Civil y les daba más tranquilidad. Yo prefería pagar las cincuenta pesetas de diferencia entre primera y literas y no por la guardia civil ni por las hijas de los padres protectores, sino porque las reclinando las dos butacas enfrentadas podías dormir tan cómodo como en literas pero con menos gente. En Renfe iban vendiendo los asientos de manera que, salvo días de gran llenazo, llevaban tres viajeros por departamento.
En el final de la década de 1980 llegó a haber hasta tres tipos distintos de coches cama: los T2, con 18 departamentos dobles, 9 de ellos altos, los YF, clásicos de la Compañía Internacional de Coches Cama, los mejores camas de todos los tiempos, y los “Gran Clase” que eran coches cama con ducha de antiguos coches de segunda clase reconvertidos.

A finales de la década de 1990 el expreso nocturno dejó paso al Tren Hotel, tal como lo conocemos ahora. En origen era un hotel sobre ruedas para los viajeros de Gran Clase, que disponían de un amplio departamento de cama con cuarto de baño completo y en el precio llevaban incluida la cena y el desayuno. Como el tren hotel tenía su llegada a Madrid a las siete y media de la mañana, el tren prolongaba media hora sobre la llegada a destino su permanencia en el andén, para que los viajeros, si así lo decidían desayunasen sin prisas. Esta opción desapareció muy pronto. Yo lo eché de menos porque, la verdad es que a mí nunca se me perdía nada en Madrid a una hora tan temprana.
La facturación de equipajes desapareció también en la década de 1980. El servicio de autoexpreso, ya cayó en este siglo. Ahora, cae el restaurante. ¿Qué será lo siguiente?

martes, 21 de enero de 2014

Hostal La Viuda, Pobra de Trives

La ensalada de perdiz escabechada es un lujo en un menú del día que solo se encuentra en La Viuda, en Trives. ©F.J.Gil
Cada vez que voy a Trives acabo siempre comiendo en el mismo sitio. Creo que la primera vez escogí el establecimiento por su nombre: La viuda. Ya sabéis, las viudas: Viuda de Clicquot, Viuda de Solano, Viuda de Heraclio Fournier... Nunca defraudan.  El comedor es amplio, cómodo y suele estar concurrido. No es de extrañar. A 3 de cada 4 personas que preguntéis por la calle en Trives dónde se puede comer bien y barato recomendarán este sitio. ¿Por qué? No hay más que ver el menú del día. Suele estár integrado por tres o cuatro primeros platos de elaboración muy casera, y dos segundos como mínimo, uno de ello de carne y otro de pescado.  La primera vez fui un verano y tomé de primero ensaladilla. En la mayoría de los casos no tiene ningún mérito, pero la de aquí era distinta, parecía hecha en casa.   Otra vez, disfruté de un buen salpicón. La última, hace ya unos meses, me vi sorprendido por una ensalada de perdiz escabechada que era una delicia. Pero podemos encontrar en las entradas, patatas rellenas, crema de verduras, caldo, distintas variedades de arroces... En los segundos, aunque haya pescado, me inclino por la carne, que para eso estamos en Trives.
 
La ternera asada, la carne mechada, o el conejo al pimentón son algunas de las posibilidades. La cocina está al cargo de María y Angelito Fernández Luis, nietos de la fundadora y por el comedor están sus padres, Clara y Ángel.
Los comienzos de "La Viuda", en la década de 1950, con el bar "El Rincón", debajo, Asunción López ya en el siglo XXI, poco antes de su fallecimiento.


La historia de este hostal, restaurante nació en 1951 cuando Asunción López, recién enviudada, decide abrir un bar. Se llamaba "El rincón". De bar, pasó a casa de comidas, muy frecuentada por viajantes. Asunción, pensó que podría darles alojamiento y así nació el hostal. En 2005 falleció la fundadora del negocio, pero su continuidad no corre peligro: hijo , nuera y nietos siguen la tradición y ofrecen un servicio que mantiene el espíritu familiar. Los nietos, además, se han formado y trabajan la cocina con técnica y destreza pero preservando el sabor de la cocina casera.
La materia prima se nota que es de calidad, y eso unido a una buena elaboración suman puntos. No es lo único. Hay limpieza en el comedor, en los baños, en la cocina y un servicio al cliente que te hace sentir cómodo.
La comida es abundante y el comedor invita a permanecer un rato de sobremesa. Pero no mucho, porque Trives merece un paseo: ver la torre del reloj, viajar al pasado con una visita al antiguo colegio de La Salle de Santa Leonor, o coger el coche y  descubrir el antiguo monasterio de Sobrado de Trives, en la carretera a Manzaneda, o cualquiera de los tres puentes que edificaron los romanos: Ponte Návea, Ponte Cabalar y el más grande de los tres, que se encuentra sobre el río Bibei en la carretera que nos lleva hacia Valdeorras y que durante muchos años fue la salida hacia Ponferrada.
Javier Bobillo a la cámara, el que esto escribe y Angelito Fernández, en el comedor del hostal, después de la grabación de una receta para el programa "Cousas de Comer", en junio de 2012. ©Sesé Ares.
 
LA FICHA:
  • Nombre: Hostal La Viuda
  • Rosalía de Castro, 17. 32780 A Pobra de Trives (Ourense)Teléfono: 988 33 01 01
  • Menú del día: 9 euros
  • Incluye: primero, segundo, postre, café y bebida.
  • Ofrece comidas a la carta.
  • Abierto todos los días
  • Como hostal, dispone de habitaciones con baño.
 
CALIFICACIÓN:
  • Relación calidad/precio excelente.
  • Comida casera, acogedor y buen servicio.

miércoles, 15 de enero de 2014

Escapada de fin de semana: el camino de los grandes embalses de Galicia

Con todo lo que ha llovido se me ocurrió echarle un vistazo a los embalses gallegos para ver cómo andan de llenos. En la web de embalses.net podéis consultar su estado prácticamente en tiempo real y saber si están desaguando o no. Lo hice porque me parecía una excursión interesante para el fin de semana. Resulta impresionante ver como sueltan agua por sus compuertas algunos de ellos.
 
Hay que tener cuidado, en épocas como ésta, al pasear por los senderos que hay presa abajo. Un aumento de caudal puede darnos un susto. ©F.J.Gil

Hay varios que están por encima del 95 por ciento. Y he visto que Os Peares se encontraba en la tarde del 14 de enero de 2014 al 98 por ciento.
 
Los embalses de Franco
La mayoría de los embalses fueron construidos durante las décadas de 1950 y 1960 cuando España fue objeto de un ambicioso plan de expansión de la energía hidroeléctrica que plagó de centrales toda su geografía. Galicia no fue una excepción y en esos tiempos fueron construidas las mayores presas sobre los ríos gallegos. Medio siglo después, aquel enorme impacto ambiental se ha convertido en un nuevo ecosistema en el que, de repente, en medio de un río aparece un lago de grandes dimensiones.


La presa de Frieira es la última en el curso del Miño y la primera de nuestra excursión.©F.J.Gil
La excursión que os propongo nos lleva por la orilla del Miño, en dirección a Ourense. Si hacemos el viaje en tren, nos encontraremos, al llegar a Frieira con la última presa del río Miño: la última de su curso y la última en construcción. Pertenece al municipio pontevedrés de Crecente y está justo en un punto del río en el que cada orilla es de una provincia. A la derecha, Pontevedra, a la izquierda Ourense. La presa de Frieira fue inaugurada en 1970, tiene una capacidad de 44 hectómetros cúbicos y el embalse se extiende, río arriba formando una lengua de agua encalmada de 4,66 kilómetros cuadrados, un 30 por ciento mayor que la Laguna de Sanabria, que en primavera y verano se puede recorrer en catamarán, pasando por delante de los balnearios de Cortegada y Arnoia.

 
El siguiente está en Castrelo de Miño, muy cerca de Ribadavia. Fue inaugurado un año antes, en 1969 y su construcción supuso la desaparición de uno de los valles más fértiles de la provincia de Ourense. “Morrer en Castrelo do Miño” de Xosé Fernández Ferreiro narra el drama que esta obra representó para un pueblo que no se beneficiaría del progreso que estas centrales llevaban muy lejos de donde perpetraban su feroz impacto. Hoy el embalse se ha convertido en un espacio de práctica de deportes náuticos en un lago que se extiende en casi 8 kilómetros cuadrados.

 
El siguiente que nos interesa, al margen del pequeño Velle en las afueras de Ourense siguiendo la carretera N120, se encuentra en uno de los enclaves singulares de Galicia. Os Peares. Os Peares es una localidad que pertenece a dos provincias, tres municipios y dos diócesis. En ella confluyen los ríos Búbal, Sil y Miño.

Sobre el río Miño, el embalse de Peares, que podremos cruzar con el coche para llegar precisamente al pueblo, fue el primero que se construyó sobre el río Miño, en 1955. Tiene una capacidad de 182 hectómetros cúbicos y su agua embalsada se extiende por un lago de algo más de 5 kilómetros cuadrados. Río Arriba está la provincia de Lugo y la Ribeira Sacra del Miño. La altura de la presa es mucho mayor que las que le siguen río abajo. Peares. De hecho, aunque el embalse tiene menor superficie que Castrelo, triplica en cambio su capacidad.

 
Si volvemos unos cientos de metros por nuestros pasos y seguimos el Sil aguas arriba, nos encontramos, primero con una pequeña presa, la de San Pedro y, unos kilómetros río arriba, siguiendo la misma carretera, llegamos a la presa más grande de cuantas tiene el Sil en Galicia. Santo Estevo es el quinto embalse de nuestro ranking gallego, con 213 hectómetros cúbicos de capacidad y una superficie de agua embalsada de 14 kilómetros cuadrados que se encajonan en las angostas gargantas que forman los cañones del Sil. Su construcción fue paralela a la de Peares y mientras el del Miño era obra de Fenosa, éste de Santo Estevo fue construido por Iberdrola.


Más antiguo que los dos que acabamos de visitar, y más pequeño también, el de Chandrexa merece sin embargo una visita. La carretera para llegar a él, desde Montederramo ya es todo un espectáculo. Chandrexa de Queixa es un hermoso municipio de montaña, rodeado de cumbres. Muy cerca de su núcleo de población principal se encuentra la presa, con una altura de 85 metros y una longitud de coronación de 236, la presa de Chandrexa propicia un lago artificial que tiene la misma extensión que el municipio de Mondariz Balneario, el más pequeño de Galicia.

Nos vamos ahora al extremo oriental de la provincia de Ourense, donde se encuentra la mayor concentración de embalses de toda Galicia. Tal vez por el hecho de que los valles son muy pronunciados y propiciaban este tipo de obras hidráulicas. Lo cierto que ningún otro municipio acumula tanta agua embalsada como el de Vilariño de Conso, con nada menos que tres presas. Dos de ellas son muy pequeñas y fueron construidas en las décadas de 1970 y 1990.
 
La más reciente fue la que se construyó sobre el río Cenza y que se concluyó en 1993. Este embalse es singular por su presa escalonada y por el paraje natural en el que se encuentra. Por desgracia alteró uno de los pocos valles glaciares de Galicia. Muy cerca se encuentra el pueblo de Chaguazoso de gran valor etnográfico. No todos los embalses son de la era Franco. También tenemos alguno de la época de Felipe González. Éste, la verdad, no era una necesidad imperiosa como para justificar el estropicio que causó.
 

El embalse del río Cenza, en Vilariño de Conso se emplazó sobre la morrena de un antiguo Glaciar. Un disparate más, perpetrado en la década de 1990. ©F.J.Gil

El de Edrada Conso, sobre el río Conso, es un pequeño embalse de 1 hectómetro cúbico con una presa de 23 metros de alto que fue construida en 1976.

Pero Vilariño es un municipio de gran extensión territorial, con 200 kilómetros cuadrados y pronto nos encontraremos con el impresionante embalse de As Portas. Es el segundo de Galicia en capacidad de almacenamiento de agua. Nada menos que 536 hectómetros cúbicos que se acumulan en su lago embalsado de doce kilómetros cuadrados. Son aguas profundas puesto que la presa, construida entre 1973 y 1975 es la más alta de Galicia: 141 metros.
 
Impresiona pasar por esta carretera que discurre al pie de la presa más alta de Galicia, la del embalse de As Portas. ©F.J.Gil
 
El aspecto de la presa es impresionante y una carretera circula por sus cercanías ofreciéndonos una estampa digna de ver.
 
¿Qué nos queda, después de esta sobrecogedora imagen?
 
Nos queda seguir el curso del Miño desde Portomarín hacia Chantada. Veremos cómo el río comienza a tomar forma de ría por la anchura y profundidad de sus aguas, en medio de la Galicia interior. Es el efecto del embalse de Belesar. La madre de todas las presas gallegas, fue construida entre 1959 y 1963 y propicia la existencia de un lago de dieciocho kilómetros cuadrados cuyos efectos se extienden, río arriba, casi cincuenta kilómetros. Belesar tiene una presa de 600 metros de longitud de coronación y una altura de 135 metros. Su capacidad es de 655 hectómetros cúbicos. Las otras cuatro presas sobre el Miño juntas apenas suman la mitad del agua que es capaz de embalsar Belesar.
El embalse de Belesar anegó la villa medieval de Portomarín. Obsérvese el viejo puente, casi cubierto. El día que se tomó esta imagen el embalse estaba por debajo del 40 por ciento de su capacidad.©F.J.Gil





La presa de Belesar se ve desde la carretera, muy cerca de Chantada. ©F.J.Gil 
Cincuenta años después de su construcción, Belesar ya forma parte del paisaje de Galicia y a su alrededor, como sucede con las otras presas, la vida se ha modificado y acomodado al nuevo estado de los ríos. Son los mares interiores de Galicia.

Hasta ahora el lado agradable de la excursión. Pero no quiero acabar este reportaje sin plantearos una reflexión. Las empresas eléctricas cambiaron el paisaje de Galicia en menos de 50 años con docenas de embalses. ¿Dónde está la riqueza que se obtiene de la extracción de energía de nuestros ríos? Galicia solo consume un tercio de la energía eléctrica que produce. Con la generación de las eólicas y las hidráulicas, no necesitaríamos centrales térmicas, pero la contaminación que produce esta energía "limpia" se queda en Galicia, muy lejos de las casas de los dueños de la electricidad que se forran exportándola a otras comunidades. Solo la contaminación: ni el empleo, ni los impuestos ni los beneficios.

martes, 14 de enero de 2014

El regreso de los corderos


Oveja y corderito de raza gallega en el Pazo de Fontefiz, Ourense. ©F.J.Gil
Uno de los dramas que anunciaba la ciencia ficción para el siglo XXI, allá por la década de 1970, era una alimentación a base de papillas de colores. La podíamos ver en el viaje que el doctor Heywood Floyd hacía a la Luna en la película de Kubrick "2001. Una odisea  del espacio" (1968). Por suerte, la cosa quedó así, en simple ficción, y en algún que otro cocinero perpetrando deconstrucciones gastronómicas.

Por el contrario, este siglo del que ya llevamos consumido algo más de una década, nos ha permitido recuperar productos que estaban al borde de la extinción. Hace algún tiempo hablaba del porco celta. Hoy propongo celebrar la resurrección de la oveja autóctona gallega, una iniciativa en la que ya lleva años trabajando la Asociación de Criadores de Ovella Galega, Asovega y que ha conseguido extender nuevamente su reino a los prados y montañas de las cuatro provincias gallegas.

¿Qué nos ofrece la oveja gallega? Mucho más que cualquier otra raza. Es un animal rústico y resistente, prácticamente autónomo, por lo que no necesita de cuidados especiales ni para su supervivencia ni para la reproducción y cría. Se alimenta en el campo y la montaña de aquellas especies vegetales que no aprovecha el ganado vacuno con el cual puede convivir. Las hembras son muy prolíficas y maternales, lo que hace que salgan adelante casi todos sus partos, muchas veces dobles. Desde el punto de vista ecológico, la oveja es un regulador de la biomasa de montaña, reduciendo maleza y evitando incendios forestales.

Desde el punto de vista gastronómico, la calidad y cualidades de la carne de cordero de oveja gallega son excepcionales: sabor, textura, justo contenido graso... En Ourense ya hay alguna carnicería que vende corderos de esta raza autóctona y es posible encontrarlos también en otros puntos de Galicia. En Asovega (asovega@asovega.es ) pueden facilitar la relación de carnicerías y puntos de venta para los interesados que deseen recuperar en su cocina uno de los sabores tradicionales de la gastronomía gallega.

martes, 7 de enero de 2014

Pescanova y los trileros

Jugar en bolsa. El propio verbo lo explica todo. No se trata de invertir, ni de ahorrar, sino de jugar. Un viejo amigo me contaba hace ya un par de décadas que en España había tanto jugador en bolsa porque era el único lugar al que podían acudir los ludópatas a quemar su dinero en un país en el que estaban prohibidos los casinos y el juego.
Dicen que quien se arma de paciencia suele recuperar el dinero perdido cuando las cosas vienen mal dadas en el mundo bursátil. Pero eso no va les va suceder a los accionistas de Pescanova, a quienes se les anuncia que van a perder todo lo que tenían invertido en títulos de la compañía redondelana. Por ejemplo, Ferrán Adriá poseía a principios de 2013 algo más de medio millón de euros en acciones de Pescanova. Si lo hacía pensando en ahorrar, le ha salido el tiro por la culata, ese patrimonio se le ha quedado como la cocina que practica: deconstruido. Más bien, destruido, es decir, se ha esfumado.
No juego a bolsa. Cualquier casino me parece mucho más seguro, más decente. Al menos sabes contra quién juegas, no hay tiburones ni brokers ni especuladores. Tampoco hay una Comisión Nacional del Mercado de Valores que no ha servido para garantizar la seguridad de los inversores, pese a que ese es su principal cometido. No sirvió en el caso de Bankia ni en el de Pescanova. En los casinos tampoco hay, sentados a la ruleta, empresas auditoras, esos chicos de traje y corbata que se supone que vigilan para que las cuentas de las empresas sean las que dicen que son y no otras. ¿Os acordáis de Arthur Andersen? Era la de más prestigio. Los “arturitos” cuando dejaban la compañía eran fichados con grandes sueldos por bancos y cajas de ahorro. Uno de ellos tiene que visitar el juzgado cada quince días después de haber pasado por un alto cargo en Caixanova-Novacaixa por su fabulosa indemnización a costa del erario público cuando dejó Novacaixa después de haber sido miembro de una corte de ejecutivos agresivos que dilapidaron el patrimonio de una de las cajas más saneadas de España. Y lo que es peor, era nuestra, y por su avaricia la arruinaron y está en venta a precio de saldo.
Pero llegó el escándalo de Enron Corporation y se llevó por delante la reputación de la consultora. ¿Qué fue de aquellos que trabajaban allí? Unos marcharon para KPMG, otros para Deloitte...  Nunca se aprende de los errores de los demás. El caso Enron no sirvió de escarmiento ni de ejemplo de que una empresa por muy auditada que esté puede acabar dando la campanada. ¿Quién auditaba el astillero Barreras que pasó de dar beneficios un año a ser la ruina de muchas empresas y proveedores al año siguiente? ¿Quién auditaba Bankia?
No recuerdo cuántos pequeños accionistas hay en Pescanova. Lo leí en algún periódico pero me olvidé. Es lo mismo. Serán muchos. También algunos medianos, como sucedió en Bankia y en otras muchas compañías de las que cotizan en bolsa. Ahora que comienza 2014 sabrán que entre jugar con trileros o con auditoras y comisiones nacionales del mercado de valores, es siempre mejor hacerlo con los primeros. A los delincuentes de la calle les puedes mirar a los ojos mientras te roban.