miércoles, 2 de abril de 2014

Posta de Sol: un restaurante para comer bien y barato en Cambados



El comedor estaba muy concurrido con personas del lugar y alrededores. ©Sesé Ares.

Cuando llegas a una villa como Cambados, con tantos restaurantes, vinotecas, taperías... caben dos opciones: hacer un recorrido por sus calles, viendo precios y menús, o confiar en la información que nos pueda brindar alguien a quien le preguntemos. Siempre que puedo, me inclino por lo segundo. Llegué en plena marea baja, con un ejército de mariscadoras a punto de ponerse a la faena y me pareció que nadie mejor que ellas, sacrificadas trabajadoras del mar, para darme el mejor diagnóstico. Me recomendaron Posta do Sol, justo frente a donde estábamos. A la orilla misma de la ría de Arousa. El precio subía un poco del que normalmente se maneja en los menús del día. Pero fue tan vehemente en su defensa que no opuse resistencia. Cuando llegué al local tuve la sensación de haber estado allí antes. No era un déjà vu. Realmente había comido allí años atrás. Enseguida me acordé de la imagen del lugar y de los santiaguiños y la centolla  que habían caido en aquella ocasión.

La antigua cocina fue convertida en un elemento decorativo del comedor. ©Sesé Ares
El comedor estaba casi lleno y ofrecía un aspecto acogedor, hogareño, con las cortinas con sus puntillitas en las ventanas y una cocina hoy convertida en un atrezzo decorativo, que exibía una limpieza inmaculada, como el resto del establecimiento, incluídos los aseos.
Ya en la mesa, todo estaba perfecto y me llamó la atención que las servilletas eran de hilo con un fino bordado de vainica doble. El menú ofrecía no dos, sino tres platos más postre y café. En el primero había sopa, caldo, ensalada o espárragos con mahonesa. De segundo, empanadas de zamburiñas, de xoubas o una vieira. De tercero, había pescados a la gallega o a la romana, o filete o milanesa o callos. Opté por la vieira al horno, elaborada con cebolla, pan rallado... pero sin tomate, tal como a mi me gusta. Vi pasar varias empanadas con buen aspecto. De tercero, callos. ¡Y qué callos! De los mejores que tomé en mi vida. A pesar de existir una oferta variada de postres, todos caseros, tras una comida tan copiosa el flan me pareció lo más suave.


Arriba, vieiras a la viguesa. Abajo, unos callos con sus garbanzos, chorizos, pata... y un sabor delicioso. Los callos solo se deben comer en restaurantes que demuestren una esmerada limpieza y el Posta do Sol de Cambados es de una limpieza impecable. ©F.J.Gil

El continente estuvo a la altura del precio. El contenido, es decir el menú, no se quedó atrás. El servicio le añadió un toque familiar. Pero todavía hay un cuarto mérito: en vez de una botella de mal vino, el menú del día incluía una copa de un vino aceptable y con denominación de origen. El Albariño incluido en el menú era el mismo que hace algunos años servían en la primera clase de American Airlines.
Diagnóstico: calidad y cantidad, buena casa y servicio muy atento a un precio perfectamente justificado. Un lugar en el que el menú del día exhibe igual calidad y trato que la comida a la carta.
La ficha:
  • Nombre: Posta do Sol.
  • Dirección: Ribera de Fefiñanes, 22, 36630 Cambados. Teléfono, 986 54 22 85
  • Menú del día: 14 euros.
  • Incluye: Primero, segundo, tercer plato, postre, café y bebida.
  • Ofrece comidas a la carta con buena relación de calidad y precio en pescados y mariscos de la ría.
Calificación:
  • Ambiente acogedor, buena calidad y extraordinaria limpieza.
  • Excelente relación calidad/precio.